Guatemala es un país impresionantemente diverso en el que una nueva aventura aguarda a la vuelta de cada esquina.
Con selvas exuberantes, lagos inmaculados, playas para hacer surf, ciudades coloniales, mercados vibrantes y no uno, ni dos, sino 37 volcanes, Guatemala ofrece realmente algo para cada tipo de viajero.
Incluso el excursionista más experimentado será puesto a prueba por la diferencia de altitud y el descenso de la temperatura del volcán Acatenango. Los que busquen relajarse deben dirigirse al pintoresco lago de Atitlán, mientras que los amantes de la cultura pueden sumergirse en el encanto colonial de Antigua. Desde la costa caribeña de influencia garífuna hasta el paraíso de los surfistas de arena negra en el océano Pacífico, Guatemala ofrece una armoniosa mezcla de cultura y naturaleza para satisfacer cualquier antojo de viaje.
Con 42.043 millas cuadradas de aventuras esperando a ser descubiertas, es difícil decidir por dónde empezar, pero aquí están nuestras 20 mejores cosas que hacer en Guatemala para una experiencia más enriquecedora.
1. Dormir junto a un volcán activo
La subida al volcán Acatenango es tan desafiante como gratificante y es una visita obligada para los aventureros que visitan Guatemala. Los excursionistas suben al Acatenango y acampan en el campamento base mientras observan y escuchan la erupción del vecino Volcán de Fuego por la noche.
El segundo día de la caminata comienza antes del amanecer, cuando los campistas base se dirigen a la cumbre para ver la salida del sol. Es el momento en que el frío, la humedad y el agotamiento merecen la pena. La recompensa es el increíble espectáculo del sol y las nubes iluminando los picos y valles de Antigua, mientras el fuego lanza sus fuegos artificiales de fondo.
Para hacer frente a la gran altitud y a las frías temperaturas de Acatenango, se requiere una preparación adecuada, y las empresas de viajes como Tropicana se aseguran de que los excursionistas estén debidamente equipados y preparados.
2. Hospedarse en el Zephyr Lodge
En las exuberantes laderas de Lanquín se encuentra un oasis en la selva llamado Zephyr Lodge.
Con vistas al amanecer sobre el río y al atardecer más allá de una piscina infinita y hacia las montañas escalonadas, las vistas en Zephyr son insuperables. La propiedad cuenta con un bar de natación, una cocina totalmente equipada y un sistema de fichas. Las opciones de alojamiento van desde dormitorios por sólo 15 dólares la noche hasta suites de lujo para los que quieran gastar un poco más.
3. No te pierdas el lago de Atitlán
Este lago parece bonito en las fotos, pero en la realidad es abrumador. El lago de Atitlán está rodeado de altas montañas cubiertas de selva y grandes volcanes. A lo largo de sus costas se encuentran pequeños pueblos con personalidad propia, como el animado San Pedro o el tranquilo San Marcos.
Los visitantes pueden alojarse en un pequeño pueblo junto al lago para disfrutar de la tranquilidad y el acceso directo al agua. Las opciones recomendadas son Free Cerveza (un albergue de glamping con un ambiente divertido) y La Iguana Perdida (un alojamiento relajado y equipado con hamacas), ambos situados en el pueblo de Santa Cruz. Desde aquí, los visitantes pueden subir a uno de los taxis acuáticos por 15 quetzales (unos 2 dólares) para visitar los demás lugares.
4. Comer y beber en Antigua
La escena de restaurantes y bares de Antigua está creciendo y prosperando, y los visitantes experimentarán algunos de los platos más sabrosos y bares más extravagantes de su viaje.
El pintoresco restaurante de dos plantas Por Qué No? ofrece deliciosos platos además de un diseño elegante e intrincado. Merece la pena repetir los tacos de cangrejo y bacon de Fridas, un restaurante inspirado en la propia Sra. Khalo. Los huevos a la florentina de Rainbow Cafe son la mejor manera de empezar el día, y un saludable smoothie bowl en Acai va acompañado de un telón de fondo muy digno de Instagram.
Un sofisticado tour de cócteles le lleva a la sala de mezcal del Café No Sé y al ulew, al que llega a través de la cabina telefónica de la Antigua Brewing Company, no sin antes ver el amanecer desde el tejado de la cervecería.
5. Explorar las ruinas de Tikal
El Parque Nacional de Tikal, la principal atracción de Guatemala en cuanto a ruinas históricas, es un impresionante ejemplo de arte maya conservado. El parque, de 575 kilómetros cuadrados y cubierto por la selva, alberga seis templos que han sido excavados y muchos más que se encuentran bajo tierra. Los fans de Star Wars conocerán el Templo IV por el episodio «Una nueva esperanza».
Los viajeros que hayan visitado las ruinas turísticas de Angkor Wat o Machu Picchu se alegrarán de la ausencia de multitudes en Tikal, especialmente si llegan al amanecer. Sin embargo, esto no significa que el parque esté vacío; hay muchos animales de la selva, desde el coatimundi hasta el escurridizo puma, así como monos aulladores que se pueden oír chillar desde los árboles.
6. Surf en El Paredón
Guatemala no es tan conocida como centro de surf como sus costas vecinas de El Salvador, Nicaragua o Costa Rica. Sin embargo, la costa del Pacífico de El Paredón atrae tanto a principiantes como a surfistas experimentados.
Los surfistas pueden alquilar una tabla por unos 20 dólares al día y cabalgar las olas desde el amanecer hasta el atardecer a lo largo de la vasta y brumosa costa de arena negra. El Paredon Surf House es un hermoso complejo en primera línea de playa con terrenos inmaculados, o los mochileros pueden alojarse en el Driftwood Surfer, situado al lado. Una opción especialmente elegante es el hotel boutique Swell.
7. Visitar las cascadas de Semuc Champey
Las fotogénicas cataratas de Semuc Champey son una parada refrescante y necesaria en un recorrido por Guatemala. Las cascadas de color turquesa son una vista increíble desde el mirador de El Mirador y permiten refrescarse mientras se explora la húmeda selva de Semuc.
La subida al mirador dura unos 30 minutos, y una ruta menos agotadora hasta las piscinas es un paseo de diez minutos alrededor de la colina.
8. Espeleología a la luz de las velas
Esta aventura de espeleología es desafiante, emocionante y a veces francamente impactante. Los alojamientos cercanos, como el Zephyr Lodge o el Greengos Hotel, pueden ayudar con las reservas.
9. Compras en los mercados locales
Los adictos a las compras deben prever un poco de espacio extra en su equipaje para Guatemala, porque los coloridos souvenirs hacen que sea difícil resistirse a las compras. En las tiendas y mercados de todo el país se pueden encontrar textiles, cerámica, tallas y joyas hechas a mano de todos los colores del arco iris, y son simplemente impresionantes.
El mercado más famoso de Guatemala se celebra los jueves y domingos en Chichicastenango, donde un deslumbrante laberinto de artesanía y colores vivos atrae a multitudes de turistas y lugareños de los alrededores.
10. Hacer yoga en San Marcos
Esta ciudad junto al lago es conocida por su comida orgánica, su ambiente boho y su delicioso chocolate y café. Los impresionantes miradores y el ambiente relajado son el lugar perfecto para equilibrar el cuerpo, la mente y el alma, y muchos yoguis visitan San Marcos para decir «ommmm» mientras contemplan el lago.
El Bosque del Yoga o el Eagles Nest ofrecen experiencias que van desde clases sencillas hasta retiros intensivos con increíbles vistas que preparan el terreno para el rejuvenecimiento.
11. Asar malvaviscos en un volcán activo
Antigua está rodeada por cuatro volcanes, dos de los cuales -Fuego y Pacaya- siguen activos en la actualidad. Pacaya es conocido como un punto caliente (perdón por el juego de palabras) para los amantes de los s’mores, ya que su actividad volcánica proporciona el calor perfecto para asar malvaviscos.
A 2.500 metros, Pacaya es una caminata muy manejable, perfecta para una excursión de un día desde Antigua.
12. Visita a Hobbitenango
Los fans de la Tierra Media no tienen que volar a Nueva Zelanda para visitar un pueblo al estilo de los Hobbits: Hobbitenango alberga un conjunto de pequeñas cabañas redondas en las colinas y, además, ofrece una vista de los volcanes.
La magia de Hobbitenango también puede vivirse como una excursión de un día, en la que los visitantes pueden disfrutar del restaurante y el bar ecológicos, así como de numerosos juegos como el minigolf, el lanzamiento de hachas y el tiro con arco y flecha.
13. Experimente la cultura garífuna en Livingston
La rica y vibrante cultura garífuna, originaria de África y el Caribe y que ahora se encuentra principalmente en Belice y Honduras, también está presente en la ciudad costera de Livingston, al norte de Guatemala.
La mejor manera de conocer la cultura garífuna es asistir a una clase de cocina en el centro cultural Rasta Mesa, donde los chefs en ciernes preparan deliciosos platos de coco, y disfrutar de los animados bailes y tambores que se escuchan en los bares y restaurantes locales.
14. Experimente la liberación de tortuguitas
De septiembre a diciembre, cientos de tortugas recién nacidas son liberadas cada mañana a las 6 en la playa de El Paredón. Las crías se colocan en la arena del santuario, donde se arrastran siguiendo el sonido de las olas.
Los espectadores deben mantener una distancia de seguridad mientras observan una épica y admirable supervivencia del más fuerte: Sólo una de cada mil tortugas vuelve a la misma playa para desovar, ya que se pierden por la contaminación, la pesca, los depredadores, las corrientes y otros obstáculos.
El proyecto está dirigido por el Consejo Nacional de Áreas Protegidas (CONAP) y patrocinado por Driftwood Surfer.
15. Saltando desde el columpio de cuerda en Flores
Flores es una encantadora isla en el lago Petén Itzá que atrae a los turistas principalmente por su proximidad a las maravillosas ruinas de Tikal. Pero con el calor y la humedad que trae el clima tropical, un baño en el lago es el final perfecto para un día de turismo.
A sólo un corto trayecto en taxi, bote de remos o kayak desde la isla, el columpio de cuerda de Jorge y sus alrededores ofrecen una experiencia relajante y refrescante.
16. Experimente una cascada de aguas termales
Las cascadas no son raras en las montañas tropicales de Guatemala, pero ¿qué tal una de agua caliente?
Un viaje a la ciudad lacustre de Río Dulce no está completo sin ver las cascadas termales conocidas como Agua Calientes. Situada en una propiedad privada llamada Finca el Paraíso, la cascada se calienta gracias a la actividad volcánica y ofrece un marcado contraste con el frío río de su base. Con sus cuevas en el fondo y sus cálidas piscinas en la cima, una visita a las cataratas es la forma perfecta de pasar una tarde.
Se puede llegar a las cataratas en microbús público o en taxi privado, y la entrada al parque cuesta unos 20 quetzales por persona.
17. Tome clases de español en Antigua
Aunque el inglés se habla con fluidez en los centros turísticos de Guatemala, incluso un conocimiento básico del español facilita enormemente los desplazamientos por el país.
Antigua es un gran lugar para mejorar las habilidades de español en todos los niveles, ya que es fácilmente accesible y flexible en la programación. Las clases individuales en las azoteas o en los jardines proporcionan un agradable ambiente de aprendizaje. Escuelas como Ixchel o La Unión permiten a los alumnos elegir su horario, y un curso de cinco días (cuatro horas diarias) cuesta unos 175 dólares.
18. Date un capricho con el chocolate
Guatemala es ampliamente conocida como la cuna del chocolate y no tiene problemas para satisfacer a los golosos de sus visitantes.
El ChocoMuseo se encuentra en el corazón de Antigua y tiene otras sedes en Ciudad de Guatemala y Puerto Quetzal. Es una visita obligada para los amantes del chocolate que quieran aprender sobre su alimento favorito a través de la formación y los talleres.
La empresa local Dalileo Chocolate produce cacao de calidad ceremonial y chocolate de un solo ingrediente que se vende en todo el país, incluso en su tienda de San Marcos, en el lago Atitlán.
19. Fiesta en una piscina o mansión abandonada
El público fiestero de Antigua se siente atraído por los eventos semanales que tienen lugar a 30 minutos en coche del centro de la ciudad y que cuentan con DJs, camiones de comida, servicio de bar y un hervidero de actividad.
«La Piscina» tiene lugar todos los sábados en una piscina vacía y se cambia por una fiesta en la villa el último sábado del mes. No esperes que empiece antes de la 1 de la madrugada y no esperes dormir mucho esa noche.
Hay traslados disponibles desde los establecimientos de alojamiento en toda Antigua, y los taxis son abundantes en el Parque Central.
20. Caminata Nariz de Indio
El lago de Atitlán ofrece unas vistas increíblemente impresionantes desde todos los ángulos, y una de las mejores es probablemente desde arriba. Un despertar antes del amanecer en San Pedro entusiasmará a los excursionistas que realicen la caminata de 30 minutos hasta la Nariz del Indio para ver cómo los primeros rayos del sol iluminan los picos, valles y pueblos del lago.
