Narbonne, una ciudad francesa ubicada en la región de Occitania, es un destino turístico que no te puedes perder. Esta ciudad, con una rica historia y envidiable ubicación en la orilla del Mar Mediterráneo, ofrece una gran cantidad de atracciones que te impresionarán desde el primer momento. Desde sus ruinas romanas hasta la majestuosa catedral gótica, Narbonne es un lugar lleno de maravillas históricas y culturales. En este artículo, te contamos cuáles son las mejores atracciones en Narbonne que no puedes dejar de visitar. ¡Prepárate para enamorarte de esta magnífica ciudad francesa!
Las mejores atracciones en Narbonne
1. Abbaye de Fontfroide
La Abadía de Fontfroide es una de las atracciones turísticas más recomendables en Narbonne. Se trata de una abadía benedictina fundada en el siglo XI que ha sido reformada con mucho gusto y mimo. La visita guiada es inevitable, ya que esta maravillosa abadía despliega un montón de información sobre la historia de estas instituciones y de su arquitectura, lo que se agradece mucho. Además, se pueden visitar los jardines, el claustro y las vidrieras, que son realmente impresionantes. El precio de la entrada, que es de 12,50 euros, puede echar para atrás a algunos visitantes, pero creemos que merece mucho la pena.
La Abadía de Fontfroide es también conocida por sus festivales de música, jardinería y especialmente el de Orquídeas. Además, en verano organizan visitas nocturnas, y se puede disfrutar de los conciertos de Jordi Savall en un ambiente excepcional con una acústica espectacular. La combinación de arquitectura e historia, jardines y música convierten a la Abadía de Fontfroide en un lugar muy especial y vivo. Nos encantó que un lugar tan antiguo y sereno pueda tener una oferta cultural tan variada y atractiva.
La Abadía de Fontfroide es una de las mejores atracciones turísticas de Narbonne que se puede visitar. La Abadía destaca sobre todo por su buen estado de conservación y su gran historia, siendo una abadía cisterciense que tuvo un importante papel en la cruzada contra los cátaros. La duración de la visita es de 1 hora y media, y recomendamos dedicar un tiempo extra para pasear por sus maravillosos jardines y disfrutar de su tranquilidad. Además, el hecho de que no haya mucha gente en ciertas épocas del año como en la que nosotros fuimos, nos permitió disfrutar del lugar de manera íntima y solitaria. En general, recomendamos esta atracción tanto para los amantes de la cultura y la arquitectura, como para aquellos que simplemente buscan un lugar especial y tranquilo donde pasar una tarde en familia o en pareja.
2. Cathedrale St-Just
La Catedral de St-Just es una de las atracciones turísticas más importantes de Narbonne. Nos impresionó la magnitud de sus naves, la altura de su estructura y la calidad del coro. Además, la entrada es gratuita y cuenta con un claustro contiguo que tiene dos salidas interesantes. Sin embargo, nos pareció que el tesoro del primer piso no era demasiado interesante y que cuenta con una colección escasa en comparación con el resto de la catedral.
A pesar de estar inacabada, la Catedral de St-Just tiene un encanto especial en su conjunto arquitectónico envidiable, con el palacio arzobispal pegado y pareciendo una especie de mini ciudadela. Es cierto que cuesta algo encontrar la puerta de entrada por la falta de terminación de la entrada principal, pero una vez dentro, es posible imaginar lo grandiosa que hubiera sido si se hubiera completado en su totalidad.
El interior de esta catedral, con su estilo gótico rayonnant, quedará grabado en nuestra memoria. La altura de más de 40 metros, la anchura de 48 metros y su longitud de 55 metros impresionan, y las Grandes Vidrieras, el Altar Mayor, el Gran Órgano, la Sillería del Coro y el Claustro de San Justo son espectaculares. Sin duda, una visita imprescindible en Narbonne.
3. Les Halles de Narbonne
Una de las atracciones turísticas más destacadas de Narbonne es el mercado de Les Halles de Narbonne. Su estructura de hierro fundido y vidrio le otorgan un aspecto majestuoso que hace que no pase desapercibido. Además, se encuentra en el centro de la ciudad, lo que lo hace muy accesible. Lo mejor es visitarlo por la mañana y aprovechar para saborear la gastronomía local. Sin embargo, si lo que buscas es algo más exclusivo y de calidad, es posible que te lleves una pequeña decepción, aunque sigue siendo recomendable por su pintoresco ambiente.
Este mercado es una institución de la ciudad y uno de los más bellos de Francia. Si bien, no tiene una oferta gastronómica espectacular, cuenta con productos típicos de la zona, como quesos, patés, entre otros. Incluso puedes comprar ostras, condiciones que resultan muy económicas. Además, hay una zona de bares y pequeños negocios donde se puede tomar algo o comer. Si tienes la oportunidad de visitarlo en sábado, es probable que te encuentres con gran cantidad de gente que va a disfrutar de una tabla de embutidos. Lo mejor de todo, es la singularidad del edificio que lo alberga, es un edificio de principios del siglo XX con una estructura que hace recordar a esos mercados de la época.
Al visitar este lugar, hay que tener en cuenta que los días con mayor actividad son los domingos por la mañana, por lo que es probable que encuentres una gran cantidad de gente. Si decide visitarlo en otro momento, el ambiente es mucho más tranquilo y menos bullicioso. Además, los días de actividad baja, puede que haya menos paradas de venta abiertas. Pero, aunque la oferta de productos y gastronomía no sea tan espectacular como se espera, es un lugar obligado de visita, ya que es el mercado de la ciudad y ofrece la oportunidad de conocer y comprar productos típicos de la zona. En resumen, vale la pena visitarlo y degustar los deliciosos productos locales.
4. Palais des Archeveques
Palais des Archeveques es una de las atracciones turísticas más populares de Narbonne. Este palacio del siglo XII y XIII es de origen románico y gótico alterado, y es el hogar del Ayuntamiento y los Museos de Arte y Arqueología. Una de las marcas distintivas del edificio son sus torres medievales, como la Torre de San Marcial y la Torre de la Madeleine. Si estás dispuesto a subir los casi 200 escalones del Torreón Gilles Aycelin, podrás disfrutar de impresionantes vistas panorámicas de Narbonne, que valen la pena el esfuerzo.
Cuando visitamos en diciembre de 2019, el Palais des Archeveques estaba vestido de decoraciones navideñas y era simplemente espectacular. El edificio está muy bien conservado y se puede entrar en el patio interior sin pagar. Además, en su interior se alojan varios museos de pago que albergan exposiciones de arte y arqueología. Si eres un amante de la historia y la cultura, definitivamente este lugar es una visita obligada en Narbonne.
Si bien la subida a la torre puede ser un poco desafiante, valió la pena por las impresionantes vistas que tuvimos desde allí arriba. Sin embargo, si la idea de escaleras te intimida, puedes optar por visitar las diversas salas del interior del palacio y apreciar las diferentes exposiciones de arte y cuadros, sin necesidad de subir a la torre. En cualquier caso, el personal de recepción del Palais des Archeveques fue muy amable y nos brindó una excelente atención al visitar este lugar.
5. Le Caveau Château Capitoul
Le Caveau Château Capitoul es un hotel espectacular que se integra perfectamente con el entorno natural. Las vistas desde las habitaciones son impresionantes, permitiendo una inmersión total en la belleza del paisaje. La decoración y las instalaciones son lujosas, pero a su vez relajadas, manteniendo el equilibrio perfecto entre el viejo mundo y el lujo moderno. Además, la cercanía a la ciudad de Narbonne es una gran ventaja, permitiendo explorar la zona sin sacrificar la comodidad de un hotel 5 estrellas.
El restaurante Asado es otra de las estrellas del hotel. La comida es deliciosa y la variedad en el menú hace que sea una experiencia única para el paladar. El vino del viñedo es también un must-try, no se puede dejar pasar la oportunidad de probarlo. Además, el personal es amable y servicial, asegurándose de que la experiencia gastronómica sea de primera clase.
El spa es una de las joyas del hotel, con una amplia variedad de masajes y tratamientos relajantes. Desde zonas de descanso hasta piscinas, jacuzzis, saunas y hammams, todo está pensado para que los huéspedes se desconecten y se relajen en un ambiente de tranquilidad y sofisticación. Definitivamente, una visita al spa es obligatoria para quien se aloje en Le Caveau Château Capitoul.
6. Donjon Gilles Aycelin
El torreón junto al Palacio Arzobispal, o Donjon Gilles Aycelin, es una de las atracciones turísticas más impresionantes de Narbonne. Aunque la subida de más de 150 escalones pueda parecer intimidante, la vista que se tiene desde la cima hace que valga la pena el esfuerzo. Se pueden ver los techos rojos de los edificios del casco antiguo de la ciudad, la majestuosa Catedral de Saint-Just y, si el día está claro, incluso el mar en la distancia.
Una ventaja adicional de visitar el torreón es que se puede adquirir una entrada combinada que incluye también la entrada al tesoro de la Catedral y al Palacio Arzobispal. Si se está interesado en conocer la historia de Narbonne, esta es una opción de visita obligada. Además, con descuentos disponibles para estudiantes y profesores, la entrada no es demasiado cara.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que algunas de las salas del torreón pueden estar cerradas durante la visita. La sala de la 3a planta, por ejemplo, no tenía ningún atractivo y algunas otras estaban cerradas, por lo que es posible que no se pueda explorar todo el edificio sin restricciones. Además, si se planea visitar solo este lugar, la entrada única puede resultar un poco cara. Nuestro consejo es aprovechar la oferta combinada si se quiere conocer también otras atracciones de Narbonne.
En resumen, la subida al Donjon Gilles Aycelin es una actividad turística muy recomendable en Narbonne. Con vistas impresionantes desde la cima, la oportunidad de obtener una entrada combinada y descuentos para estudiantes y profesores, no se puede dejar de visitar esta atracción. Solo es importante tener en cuenta que algunas salas pueden estar cerradas durante la visita y que es más rentable adquirir la entrada combinada que la entrada única.
7. Basilique St-Paul-Serge
La Basilique St-Paul-Serge es una de las atracciones turísticas que no puedes perderte si visitas Narbonne. Construida en el siglo XII sobre la tumba del primer obispo de la ciudad, esta basílica gótica es una de las más antiguas del sur de Francia. Al principio puede parecer austera, pero una vez que ingresamos en su interior, nos cautivó su magnífico ornato, vidrieras y el mármol rojo que la rodea.
A pesar de que estaba en proceso de restauración, pudimos recorrerla y disfrutar de su grandiosidad. Una de las cosas que más nos impresionó fue su tamaño, con techos altísimos y fuertes y gruesos pilares. La basílica está situada en el centro de la ciudad, junto al Centro Hospitalario, lo que la hace fácil de encontrar paseando por sus calles.
Uno de los detalles más curiosos que encontramos en su interior fue la pila de agua con una ranita dentro, una tradición que se remonta a siglos atrás. También nos encantó el claustro que tiene en su interior, que a pesar de estar en proceso de reforma, conserva sus tallas y retablos. Aunque esta atracción puede requerir algunos conocimientos de arquitectura, creemos que cualquier persona se maravillará con la belleza y la historia que guarda en su interior.
8. Horreum romain
Horreum Romain, una estructura romana que se encuentra en pleno centro de Narbonne, es una de las atracciones turísticas más interesantes de la ciudad. Aunque el precio de la entrada es un poco elevado, la visita es muy instructiva y emocionante. Al entrar en las galerías subterráneas, uno puede sentirse transportado a la época de los romanos y descubrir cómo se organizaba el comercio en aquellos tiempos. Es interesante ver cómo almacenaban la comida y las mercancías, y las explicaciones son muy claras y didácticas.
Aunque la visita es corta, se nota que se ha hecho un gran esfuerzo por reconstruir y restaurar estas antiguas instalaciones romanas. Es sorprendente ver de lo que eran capaces los romanos en la construcción y organización de esta estructura subterránea. También es emocionante descubrir que Narbonne fue el segundo puerto más grande de la época romana y que estas galerías subterráneas eran importantes en el comercio de la ciudad.
En resumen, Horreum Romain es una visita obligada para aquellos interesados en la cultura y la historia romana. A pesar de que el precio de la entrada puede parecer un poco elevado, la experiencia de sumergirse en el pasado y descubrir cómo era la vida y el comercio en la época romana merece la pena. Además, es especialmente recomendable para aquellos que viajan con niños, ya que es una forma divertida y educativa de aprender sobre la historia de Narbonne.
9. Sarrat de Goundy
Sarrat de Goundy es una bodega única que ofrece una experiencia completa para los amantes del vino. Nos encantó que pudimos disfrutar de una atención personalizada con la encargada Carline, quien nos explicó todo sobre los vinos de la región y la bodega en sí. Además, pudimos probar una carta de vinos que incluía los famosos EL PLANTEUR y MANO MANO. La bodega también cuenta con un restaurante que abre a partir de junio y organiza eventos, lo que la convierte en un destino turístico ideal para disfrutar del vino en un entorno agradable.
Hemos visitado Sarrat de Goundy durante muchos años y siempre hemos disfrutado de sus vinos. Ahora, además de su tienda de vinos y alimentos locales, el propietario nos ofrece una cena con precios fijos varias noches de la semana durante los meses de verano en su elegante espacio al aire libre. La experiencia es única y no se puede perder. Nos encantó la combinación de los excelentes vinos junto con el ambiente relajado y acogedor.
Aunque Sarrat de Goundy es una experiencia impresionante, es importante tener en cuenta que es una pequeña bodega y restaurante, lo que significa que las reservas pueden ser limitadas. Si estás planeando visitar la región durante el verano, asegúrate de reservar con anticipación para evitar decepciones. A pesar de esto, definitivamente recomendaríamos visitar Sarrat de Goundy a cualquier amante del vino y de la buena comida. La bodega es una verdadera joya en la región de Narbonne y no te decepcionará.
10. Office de Tourisme de Narbonne
Si estás planeando una visita a Narbonne, sin duda una parada imprescindible es la Oficina de Turismo de Narbonne. Situada junto al canal de la Robine y el Palacio de los Arzobispos, es un lugar muy amplio y funcional con instalaciones perfectamente distribuidas. El personal es muy atento y amable, hablando en varios idiomas, incluyendo español. Al entrar, nos proporcionaron folletos e información útil para planear nuestro recorrido por la ciudad.
En mi opinión, una de las mayores ventajas de visitar la Oficina de Turismo de Narbonne fue la atención personalizada que recibimos. En castellano perfecto, nos recomendaron qué ver en unas horas y nos indicaron una excelente opción para tomar un bocadillo exquisito en Maison Maury, mientras dábamos un paseo por el pueblo. Además, si teníamos alguna duda, el personal respondía de manera clara y concisa, con explicaciones concretas y eficientes.
Además, la Oficina de Turismo de Narbonne se encuentra en una ubicación muy estratégica, situada en el mismo centro de la ciudad, junto a la Catedral y los Jardines del Archiduque. Esto hace que sea muy fácil acceder a las atracciones turísticas más importantes de la ciudad con la ayuda de los mapas e indicaciones que nos proporcionaron. Las instalaciones son amplias y cómodas, y el ambiente es agradable y acogedor.
En resumen, visitar la Oficina de Turismo de Narbonne hizo que nuestro viaje fuera mucho más sencillo y agradable. Si buscas una atención personalizada y eficiente, en varios idiomas, así como instalaciones cómodas y accesibles en Narbonne, no dudes en visitar esta oficina. Con su ayuda, podrás planear tu recorrido de manera rápida y sencilla, disfrutando de la ciudad y su patrimonio cultural y gastronómico.
11. Canal de la Robine
El Canal de la Robine es una atracción turística que no podemos perdernos durante nuestra visita a Narbonne. Es un agradable paseo por el centro de la ciudad que nos permitirá conocer algunos de sus monumentos más emblemáticos y descubrir su historia. Además, en diciembre, descubrirás el mercado navideño y otras atracciones que harán que tu visita sea aún más especial. La ventaja de este lugar es que se encuentra al lado del mercado de abastos, por lo que es un buen punto de partida para comenzar la ruta gastronómica de la ciudad. Sin embargo, algunos usuarios comentan que en ocasiones puede ser un poco sucio, pero esto no nos impedirá apreciar la belleza que ofrece este canal.
Uno de los puntos destacados del Canal de la Robine es que su paso es el epicentro del casco histórico de Narbonne. Desde allí, se podrá ver el famoso Puente de los Mercaderes y descubrir algunos monumentos de la ciudad. Aunque algunos usuarios dicen que les gustaría venir desde el Canal du Midi en bici y atravesarle hasta el Mediterráneo, esto puede ser una buena idea para aquellos visitantes que buscan una aventura más activa. Además, es posible que se lo encuentren un poco sucio en algunos tramos, pero esto no es una gran desventaja para conocer uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad.
Este canal es una buena opción para dar un paseo por el centro de la ciudad de Narbonne y descubrir su patrimonio histórico. Además, debido a que es un canal navegable, hace que la ciudad sea aún más interesante. Aunque algunos usuarios dicen que es «un canal más de los muchos que existen en el Midi francés», la realidad es que se trata de una atracción turística única, catalogada como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. El paseo de Cour de la Republique es un lugar ideal para realizar un bonito paseo a lo largo del canal y disfrutar de las flores y los puentes que lo engalanan. Además, hay varios monumentos cercanos como la Catedral, Palacio de los Arzobispos, Les Halles y la Oficina de Turismo que se encuentran en uno de los extremos del canal.
En conclusión, visitar el Canal de la Robine es una de las experiencias que no puedes perderte si estás en Narbonne. Aunque algunos usuarios comentan que puede ser un poco sucio en algunos tramos, la realidad es que se trata de una atracción turística única que nos permitirá conocer algunos de los monumentos más emblemáticos de la ciudad. Desde la Via Domitia hasta su puente, el Canal de la Robine es un lugar perfecto para disfrutar de un día soleado en la ciudad. Descúbrela por ti mismo y ¡no te arrepentirás!
En conclusión, esperamos que este artículo haya despertado tu curiosidad para visitar Narbonne y conocer todas las maravillas que esta ciudad tiene para ofrecer. Si tienes alguna duda o quieres compartir alguna experiencia, puedes dejar tus comentarios en la sección de abajo. ¡Nos encantaría escuchar tu opinión y ayudarte a planificar tu próximo viaje a Narbonne! ¡Esperamos tus comentarios!